sábado, febrero 24, 2007

Ella decía


Le gustaban las libélulas, decía ella. Decía que poseían toda la sabiduría de la vida y que no perdían el tiempo. Que, se pasaban horas acicalando sus alas con fragancias afrodisíacas ni bien dejan su estado larvario para vivir luego, solo unas horas antes de que comenzara la tormenta.-Ellas… Decía, se preparan como para una fiesta. Esperan el momento de mayor humedad y calor, justo antes de las tormentas. Se baten vivaces y apuradas de a miles en el aire mezclando gametos. Se dejan llevar con el viento lo más que la energía de su única comida de néctar les pueda proporcionar, hasta poder fecundar la mayor cantidad de ovos posibles a lo largo quizá de un kilómetro o cinco, todo el territorio que alcanzan a conocer en su existencia de un solo vuelo. Allí contaba ella, justo antes de que el aire se enfríe y llegue la tormenta se posan en el suelo y esperan su muerte. Descansan cansadas y sin aliento y mueren ahogadas. La lluvia arrastrara un poco adentro del suelo a los huevos fecundados, y los esparce en el terreno.
Ahí debajo esperarán decía ella, emprender su único y aventurero y nupcial y fatal vuelo, otras nuevas libélulas.

2 Comments:

Blogger pAu said...

Linda la vela de vainilla...

=)

Happy Birthday

11:48  
Anonymous Anónimo said...

Hola. te invito a que pases por mi blog.

22:57  

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